Llega justo cuando se abran las puertas (normalmente a las 10 de la mañana). Ganarás a los grupos de turistas, evitarás las sombras duras y obtendrás esa luz suave con la que sueñan los fotógrafos.
Ya has llegado a Quinta da Regaleira. ¿Y ahora qué? Prepara tu cámara (¡o teléfono!), porque éste no es sólo un lugar de interés turístico. Es una fiesta visual. Desde torres cubiertas de musgo hasta pasadizos subterráneos y pozos en espiral, cada centímetro de este lugar parece hecho para tu álbum de fotos o tu Insta-grid.
¿Quieres fotos tan mágicas como la propia finca? Ten en cuenta estos consejos:
Para la fotografía casual, no se necesita permiso. Pero si estás planeando un rodaje comercial, utilizar modelos o llevar equipo avanzado, tendrás que enviar un correo electrónico a la Fundação Cultursintra FP y solicitar autorización con antelación.
No hay taquillas públicas dentro de la finca, así que lleva poco equipaje y sólo lo que puedas transportar cómodamente. Las mochilas están permitidas, pero pueden ser controladas en seguridad.
Aunque la mayoría de los espacios exteriores están abiertos a la fotografía, en algunas habitaciones interiores y zonas de capillas puede haber carteles que te pidan que no hagas fotos. Busca siempre las normas publicadas y respétalas; el personal puede intervenir en caso contrario.
Además de llegar pronto, intenta volver a los lugares populares más adelante en tu visita. Muchos visitantes se mueven en grupos, así que si esperas de 5 a 10 minutos, a menudo lo tendrás más claro.
No hay wifi público disponible dentro de la finca. Si piensas cargar o publicar mientras estás dentro, prepárate para depender de tus datos móviles.